Pensando, engañado, que es un dulce juego,
das vuelta a la noria, caballito ciego.
Y en la ronda ronda que no te rodea,
buscas un cariño que es sólo una idea.
Caballito ciego que engañado estás,
¡ah, si tú supieras que no lo hallarás!
¡Ah, si tú supieras que nadie te ve
y que nunca a nadie tocará tu pié!
Mi amor, que era un niño, como tú jugando,
mucho tiempo estuvo rondando, rondando.
Era un dulce juego; pero supe un día
que jugaba solo, ¡y ella lo sabía!
Caballito ciego, yo te compraré
con todo el centeno que desgranaré.
Entonces de nadie en la vida serás,
y por el camino que quieras te irás.
(*) Noria: Máquina que se utiliza para sacar agua de un pozo o de otro lugar, que consiste en dos grandes ruedas engranadas, una horizontal movida por un animal y otra que gira verticalmente y que está provista de unos recipientes que recogen y suben el agua. (N del E)