Elpidio Sosa vende su empleo (*)
Elpidio Sosa vendió su pan.
Lo vendió por trescientos pesos.
Ató lo poco en lo mucho
que se lo quitó del cuello.
Elpidio Sosa vendió su pan.
Se sentó debajo de un cedro.
¿A quién diste, Elpidio Sosa,
tu pan y tu pañuelo?
_ ¿Y a quién se los voy a dar?:
Al pueblo.
Elpidio Sosa vendió su pan.
Lo vendió por trescientos pesos.
Quería vender su cama,
dormir tirado en el suelo.
Elpidio Sosa está sin comer,
sin comer, pero está comiendo.
Todo hombre que es bien hombre
tiene su nuez en el cuello.
Con el dinero de Elpidio Sosa
armó la libertad su ejército,
que era de tambores verdes,
del cañaveral saliendo.
Elpidio Sosa supo después
que lo andaba buscando el cielo.
¡Elpidio!, por toda Cuba.
Y él que contesta: “Se ha muerto”.
Y tiene razón Elpidio Sosa,
sentado debajo del cedro,
porque su dicha es estar
sin pan y sin pañuelo.
(*) Elpidio Sosa González: Sin dudas uno de los más modestos combatientes que tuvo la gesta revolucionaria cubana. Nació en la finca Angelita, perteneciente al actual municipio de Quemado de Güines (Cuba), el 4 de marzo de 1929. Al iniciarse los preparativos del Asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, hacen falta recursos para llevar a cabo los planes, y el joven Elpidio aporta una pequeña suma la cual no resulta suficiente, y decide entonces vender su plaza en el bar donde trabaja por 300 pesos, los cuales donó a la causa libertaria. Cae herido de muerte en el asalto al cuartel Moncada (La Habana – Cuba) el 26 de julio de 1953. (N del E)