Rosa Náutica (1)
Los cónsules habían tirado su honor a los perros,
su carne envenenada.
La noche andaba con su balde de petróleo
entre las estatuas.
El sol sorprendía a los mercaderes contando dinero
en las escalinatas.
Las mujeres tenían vergüenza de los hombres.
Los hijos, tristes, ambulaban.
Cuando de lado del mar de las Antillas
se alzó una palabra
y empezó a dar la vuelta al mundo,
enceguecedora, blanca,
mientras barbudos ángeles de pueblo
iban con niños en las espaldas.
El primero que la vio fue el sereno
de una fábrica.
El sereno golpeó con el revolver la puerta del dueño.
Se hizo la luz en la ventana.
El sereno dijo:
“Las doce de la noche, pero es la mañana”.
La paloma estaba dando la vuelta al mundo,
enceguecedora, alta.
Cuando los árboles se mecían
era porque la paloma pasaba.
Nunca he visto a tantos árboles mecerse,
a tanto trigo, en la tierra americana.
El herrero de chispas en el pelo
salió para mirarla.
El negro se puso a llorar en el algodonal
que era una nube blanca.
El indio apareció con su machete
de entre las verdes cañas.
El minero sacó a la luz, desde la noche,
sus ojos de cantárida. (2)
La libertad volvía por el cielo.
Era un estrella y palpitaba.
La había puesto el hombre.
Todos la contemplaban.
Pero los cónsules seguían tirando su honor a los perros,
su carne envenenada.
Por los pasillos iban y venían
los vendedores de palabras.
Un Moisés abandonado por el pueblo
hería la peña con su vara.
La peña daba cuervos de petróleo
porque el pueblo no estaba.
Se lo veía en el desierto, lejos,
como una isla de lana.
Arriba estaba la bandera sola
salida de las aguas.
Con tizas de los niños he salido a escribir
la palabra en mi casa.
Tengo la tiza azul,
la blanca;
la verde de la ceiba de Colón (3)
que en Cuba echó su ancla;
la amarilla de las trompetas celestes;
la roja de las marchas. . .
Con treinta y dos colores (4)
escribo la palabra.
Hago una estrella, hago una rosa móvil.
Vivo en la calle Cuba de la patria.
(1) Rosa náutica o rosa de los vientos: círculo que tiene marcados alrededor los rumbos en que se divide la circunferencia del horizonte. El poeta con este título, hace referencia a La Habana (capital de cuba) por la Escultura de la Virgen del Camino situada en el parque del mismo nombre, en la capital cubana. La Virgen creada por la artista Rita Longa descansa sobre la copa de una palmera. Una túnica cubre parte del pelo, los hombros y el brazo izquierdo, con la rosa de los vientos en la mano como guía que señala la ruta a los viajeros. (N del E)
(2) Cantárida: insecto coleóptero (escarabajo) de la familia Meloidae, alargado y de color verde brillante fue usado en medicina hasta principios del siglo XX para el tratamiento de ulceraciones de la piel. (N del E)
(3) Ceiba: Árbol centroamericano de la famila Malvaceae, sagrado para la mayoría de las culturas prehispánicas de Ameríca central. Ceiba de Colón: En la isla de Santo Domingo, Junto al Ozama, el río que divide en dos la ciudad homónima, se encuentra el primer monumento colonial: la Ceiba de Colón. Según una leyenda local, el almirante amarró en este árbol sus carabelas en la primera visita que hiciera a Santo Domingo. (N del E)
(4) Treinta y dos: La rosa náutica o Rosa de los vientos se divide en 32 rombos. (N del E)