Los hombres grandes
1
Los hombres grandes
están fabricando bombas.
Fabrican, fabrican. . .
¿Para qué tantas, señora?
Todo será barrido de la tierra.
Adiós la paloma.
“La casa no tiene ventanas”
dice la luna redonda.
“No se puede entrar”
Dice el aire de la costa.
Muerta de miedo
mira la mariposa.
Tiene los ojos cerrados,
para no ver, la amapola.
Aquel es el niño de la humanidad.
Está solito y llora.
¡Ay, si vuela la casa!
Adiós la paloma.
Los hombres grandes
están fabricando bombas.
Tiene como mil,
una sobre otra.
Morirá mi niño, tu niño, los niños de ellos;
pero eso no importa.
Desaparezca todo;
queden las aguas solas,
y otra vez el gran viento,
la escoba.
Los hombres grandes
están fabricando bombas.
Se las dan a los jóvenes;
les dicen cosas;
les dicen al oído libertad,
tiranía, gloria. . .
y los muchachos se van a la muerte
porque sus madres lloran;
porque es cierto que sus madres no duermen,
que están como locas.
Se van con la luna
escondida en su ropas.
Es una luna de amor y de odio
la bomba.
Para quemar ciudades
los hombres grandes tienen otra.
Es la reina
de todas las bombas.
Cuesta un año de pan.
Se llama Lucrecia Borgia. (1)
Ella viaja en avión
y es altanera, caprichosa.
Se deja caer al mar
cuando los aviones chocan. (2)
Ahora está a doscientas brazas (3)
en aguas españolas.
Está jugando a la escondida
en un fondo de rocas.
Hace de gallo ciego
la sexta flota, (4)
mientras el ángel condenado
vuela sobre las ondas.
Moriremos todos.
¿Comprendes ahora?
No volverán las grullas.
Adiós la gaviota.
2
Como la tierra,
la naranja es redonda.
Dios la pone en la mano del hombre
todos los días, con su fórmula.
Le dice: “Mírala.
Así es la tierra. Tómala”.
Y el hombre no sabe mirarla.
Está fabricando bombas.
Quiere matar al niño de la humanidad
que está solito y llora.
Tú, que eres militar,
¿por qué no te quitas las botas
y entras descalzo a mi casa
a tomar mi sopa?
Yo también estoy descalzo.
La tierra es mi alfombra.
Entra, coronel;
bebe de mi copa.
Te presentaré a mi mujer.
Ella te enseñará su retrato de novia,
y el de nuestros hijos,
y el piano y la cómoda.
Y tú, caballero de la Sociedad Rural,
o tú, hombre de la Bolsa,
siéntate.
Con Isaías quiero enrostrarte una cosa: (5)
¿Por ventura habitarás tú solo en medio de la tierra?
¿Para ti todas las rosas?
Y tú, colega de la Sociedad de Letras,
cubierto de gloria,
pero desdichado
por tu calle sola,
¿Por qué no rompes tus cadenas
y echas al viento tu canción heroica?
¡Ay de ti pecador!
Adiós la paloma.
Los hombres grandes
están fabricando bombas.
Fabrican, fabrican. . .
¿Para qué tantas, señora?
Todo será quemado una mañana.
No tienda su ropa.
1966
- Lucrecia Borgia: hija de Rodrigo Borgia, el poderoso renacentista valenciano que más tarde se convertiría en el Papa Alejandro VI. Su nombre fue utilizado como una de las claves para denominar al artefacto nuclear conocido como bomba H. (N del E)
- El poeta se refiere al “incidente de Palomares”: accidente ocurrido en las costas de la localidad almeriense de Palomares (España) el 17 de enero de 1966 en el que la Fuerza Aérea de los Estados Unidos perdió, al chocar en vuelo, un avión cisterna y un bombardero estratégico con las armas nucleares que transportaba. (N del E)
- Braza: medida náutica para profundidades y que corresponde a 1,83 metros. (N del E)
- Sexta Flota de la Armada de los Estados Unidos: Unidad Operacional de las Fuerzas Navales Americanas en Europa. (N del E)
- Isaías: fue uno de los profetas de Israel del Siglo VIII a. C. Se le considera uno de los profetas mayores y autor del libro que lleva su nombre en el Antiguo Testamento de La Biblia. (N del E)