Lector: todos los versos que este poema encierra
a hurtadillas los hice y a saltos de emoción
en una vieja fábrica _que es un temblor de tierra_, (1)
con la sola presencia de un retrato al carbón.
Esa figura recia, de profunda mirada,
rige mi vida obrera con fuerza de sermón.
¡Veinte años en la vieja pared resquebrajada!
¡Veinte años de influencia sobre mi corazón!
Es Aarón el salteño, capitán sin espada, (2)
que hasta la pampa nueva, de la Europa cansada,
trajo los hombres rubios que sabían arar.
¡Veinte años cara a cara! ¡Veinte años frente a frente!
Sin serlo, de su estirpe yo soy el descendiente.
Sin serlo, yo soy uno de los que fue a buscar.
(1) El poeta se refiere a la Fábrica de Arados y Maquinaria Agrícola Nicolás Schneider donde trabajó como contador por más de veinte años hasta jubilarse. Esta fábrica se encontraba en la esquina sureste de la intersección de la calle 1º de Mayo y Avenida de Los Colonizadores, en la ciudad de Esperanza (Santa Fe). (N del E)
(2) Aarón Castellanos: (Salta, entre 1799 y 1802 - Rosario, 1880). Colonizador y militar argentino. Fundador de la ciudad de Esperanza un 8 de setiembre de 1856. (N del E)