Ana María viene por el camino andado.
Ana María es bella; tiene el pelo dorado.
¿Qué canta Ana María, de rostro levantado?
Del azul de sus ojos está el aire azulado.
Leb, mi perro, la sigue con amoroso celo.
Ana María y Leb: una amistad modelo.
Ambos vienen a mí para darme consuelo,
Leb mirando la tierra y Ana María el cielo.
(¿Debo decir que Leb quiere decir cariño,
lo cual me agrada mucho, pues Leb es casi un niño?).
La puerta de la fábrica se abre de par en par,
la gran puerta de hierro, y se vuelve a cerrar.
Afuera queda Leb, obligado a esperar,
y una canción, volando que no ha podido entrar.
¿Qué sentirá mi niña con su corazoncillo,
a través de la fábrica donde atruena el martillo,
seguida por el humo de ondulado colmillo,
mirada por cien fuegos de iris amarillo?
Horno de boca enorme lleno de brujería,
máquina seductora que cantas todo el día,
casita de la lluvia donde el agua se enfría,
¿no visteis a mi niña, de nombre Ana María?
Afuera, entre los árboles, una canción volando.
Adentro la serpiente de la llama creciendo.
En la oficina, fijos, mis ojos esperando.
¡Mi niña que aparece: la luna apareciendo!
(*) Ana María: Hija menor del poeta. (N del E)