Marcha sobre Buenos Aires
(1921)
Vienen de la tierra a grandes pasos,
como sembrando gritos.
Llevan un terrón en cada puño.
todos tienen mal vino.
Italia nos lo dio _ ¡Salud, Italia,
regaladora de hijos! _,
con el sirocco por la sangre, (*)
con el reniego y el suspiro.
La gente se sonríe todavía
de sus oscuros apellidos,
de sus brazos que cuelgan como ramas,
de sus bigotes abatidos.
¡Pero mirad el trigo!
Moretti, Marinozzi, Tornatore,
como revuelto río.
La gente se sonríe en los balcones
de sus sombreros hundidos.
¡Pero mirad el lino!
En los escaparates se ve el pan.
No hay pan sin trigo.
Los panaderos bajan las persianas.
Hacen entrar los niños.
¡Pero mirad el campo florecido!
En la tierra están solas las mujeres.
Sola la margarita del molino.
no hay viento en las espigas.
También el viento se ha ido.
Es el que sopla en la ciudad
con un olor distinto.
Todo Buenos Aires
tiene el olor del trigo.
Y el color de la Casa Rosada
se muda de amarillo.
Jugadores que juegan el cereal
salen a conocerlo, vivo.
El miedo entre sus manos
como azulado lino.
Se oye la voz del hombre contra el hombre:
¡Que no avancen los gringos!
¡Pero mirad el campo florecido!
Coronatti, Piacenza, Tornatore,
y María de Alcorta, la del grito.
Ella en la tierra, para que la pisen,
en cada brazo un niño.
(*) Sirocco: viento del sudeste propio del mediterráneo. Viene desde el Sáhara y llega a velocidades de huracán en el norte de África y el sur de Europa. (N del E)