Ómnibus
“Maridos que comen y duermen se encuentran en cualquier
parte. Hombres como los nuestros no los tiene cualquiera”.
Abrió su mano porque estabas triste,
y te dio esta moneda:
“Hombres como los nuestros
no los tiene cualquiera”.
Mírala como brilla
tan usada y tan nueva,
de un lado un corazón
y del otro una estrella.
Mujer que vas camino de tu lágrima,
recuerda:
Es porque tienes que mirarlo preso
que la paloma vuela.
No busques a tu hombre por la cama
cada vez que te acuestas.
No enfríes, no, tu anillo
por donde no contestan.
Míralo como brilla y te protege
en tu mano de cera.
Es porque vas tan sola que es de oro
el coche que te lleva;
que un ángel se hace para acompañarte
bajo la lluvia de tu espera.
Desde el fondo del trigo yo te digo:
-Mujer, eres la tierra.
Sembrador de palomas como el tuyo
no lo tiene cualquiera.
1955