Cañón
En estos terrenos existía un cantón militar llamado
Iriondo. . . y dicho cantón quedo incluído en el lote
número uno que se adjudicó más tarde al colono
Carlos Gallot.
Manuel Cervera, “Colonización Argentina”
Esperanza, 1906.
El fuerte sobre el Salado
tenía un viejo cañón,
que fue a parar a la tierra,
lo mismo que el fundador.
Arando a fondo su suelo,
lo encuentra Carlos Gallot;
lo limpia, lo reconoce,
lo baña con el sudor.
Ya en un trineo de palos,
a través del campo flor,
lo lleva como a soldado
muerto lejos y en acción.
En su patio de algarrobos
lo emplaza, apuntando al sol,
que ya no pasan los chasquis,
que ya no viene el malón.
Tacuarita con su cerda
llega en vuelo de inspector.
Está en el fondo del caño.
Le gusta su corazón.
Y en el patio de algarrobos,
gloria de Carlos Gallot,
dispara su pajarillo
color de tierra el cañón.