Sarmiento en Esperanza (*)
Como Moisés en el agua
echó su bastón de mando,
y el río se puso dulce
con aquel bastón flotando.
Entró en la tierra de todos
con el sombrero en la mano,
y fue saludando a todos,
y al trigo, como un hermano.
Dijo cosas muy hermosas:
Llamó al gringo ciudadano.
Cuando la tarde caía
la tierra cantó su canto,
y él estaba que seguía
la canción de tanto en tanto.
al irse, del río oscuro,
tomó su bastón de mando,
y dijo que no lloraba,
que estaba el bastón llorando.
(*) Para civilizarla con la presencia y el trabajo del núcleo humano e ir haciendo el pueblo que nos faltaba, Sarmiento es de los que ponen en marcha la conquista por el hombre de la tierra deshabitada. A tan fin, impulsa la inmigración y la sigue en sus efectos. Las poblaciones van naciendo de la nada, Chivilcoy es un ejemplo. En 1870, siendo presidente, visita a Esperanza, primera colonia agrícola organizada del país, alterna con los vecinos y se conmueve hasta las lágrimas frente a resultados que comprueban la bondad de sus ideas. “Se sucede en los inmigrantes –dice a los jóvenes que van a saludarlo en su septuagésimo cumpleaños- el verdadero patriotismo, el que nos liga a la tierra en que vivimos. . .”. (N del A)