Sereno (*)
La V de venceremos
se hizo a las dos de la mañana.
El sereno sin nombre está olvidado.
Puedes llamarlo “el alba”,
porque el sereno, como el gallo,
para traerla, canta.
Sarmiento está que duerme y que no duerme
detrás de la montaña.
Pasan las once con su luna.
Vienen las doce con su escarcha.
Se va la una con su lluvia.
Las dos golpean la ventana.
El ángel es puntual y está llamando.
No tiene nombre y es la patria.
La V de venceremos
se hizo a las dos de la mañana,
del índice que apunta
y el mayor que lo guarda.
Hay un gallo, un sereno, un hombre solo,
una vela con lágrima.
Y a veces hay un niño. Es cuando el ángel
que los trae se atrasa.
(*) Sarmiento es dependiente de comercio en Valparaiso, y se impone una disciplina para estudiar y escribir. El sereno de barrio es el encargado de darle la voz, todos los días, a las dos de la mañana. En la persona del sereno debe verse al pueblo que tiene despierto al hombre de su esperanza. (N del A)