Angel en Gálvez
Eran tres hombres. Eran tres amores.
Eran tres copas llenas.
Y era mi pueblo, mi pequeño pueblo,
el mejor de la tierra.
Las noches de los sábados, sonadas
las veintiuna y media,
aquellos tres amigos reuníanse
en nuestra humilde mesa.
Uno amaba sus pipas de cerezo;
mi padre su escopeta;
aquel otro, sin pipa y sin fusil,
amaba su herramienta.
Esta era una llana que, sonándola, (*)
daba gusto a la oreja.
El vino iba y venía generoso
en una jarra obesa,
linda de ver por dentro, toda blanca;
de cielo azul por fuera.
Llegada medianoche, los tres hombres,
sueltos de cuello y lengua,
cantaban a sus cosas como a niñas
dulces y verdaderas.
el arma de dos caños era siempre
desarmada en la mesa,
y las pipas con nombre de mujer:
María y Magdalena.
Los hombres las miraban entre sueños;
las encontraban bellas;
les decían palabras al oído,
como novia y estrella.
Al fin todos se iban, y en la casa
de neblina y tristeza,
se levantaba un ángel melancólico,
la cabellera suelta.
Ordenaba las cosas; devolvía
las flores a la mesa,
y contemplaba silencioso el mundo
por la ventana abierta.
(*) Llana: (o fratacho de yesero) es una herramienta usada en albañilería, formada por una superficie plana lisa y metálica sujetada por un asa. Según la forma de la superficie plana hay de diversos tipos, dentada, redonda. La llana se utiliza para los trabajos de yesería, extendiendo la pasta sobre las superficies guarnecidas, alisando y comprimiendo el yeso con el borde de la herramienta. (N del E)