Soldador
Ella se puso blanca como el mármol,
pero sus ojos no.
Le cerraron los ojos para siempre.
Nos quedamos sin sol.
Mi hermana fue al jardín, que estaba solo.
Trajo una flor.
Pudo ser blanca cual la amara ella.
Pera era roja. Se la dio.
Después vino una estrella. Poco a poco
se hace la noche del dolor.
Vino como a mirar lo que pasaba.
Vino. Se fue. Volvió.
También pudo venir aquel amigo
que fue mi amigo y me olvidó.
Pudo venir porque yo en él pensaba.
Era la noche y Dios.
Glauco de Chíos hace veinte siglos (*)
inventó el soldador.
Vino Glauco de Chíos con su hornillo.
Vino. Se fue. Volvió.
Y como era temprano todavía,
cantando a media voz,
soldó junto al rosal la regadera,
mientras subía el sol.
Ella estaba dormida y esperaba,
dormida con su flor.
(*) Glauco de Chíos: (Isla de Chíos – Grecia – Siglo IV AC) Se atribuye a éste, la invención del arte decorativo del damasquinado que consiste en la incrustación de metales nobles (oro y plata) sobre otros más comunes (hierro pavonado, bronce, etc). Para practicar dicho arte debió inventar el hornillo de soldar o soldador. (N del E)