Pipa
La llevaba pegada a la boca
como un jazmín amarillento.
Era sólo una pipa barata
con mal tabaco adentro.
Pero él la llamaba rosa,
amapola de sueño,
calavera de Nicot. . . (1)
Había algo de cierto.
Poetas, estudiantes,
fuman en pipas de cerezo.
Hay quien les cuelga tiras
para que vuele el pensamiento.
Brulegueule (2)
_el nombre le venía al pelo_
fumaba en un revientagargantas (3)
(“¡Oh, mi rosa de fuego!”),
y con su amapola dormía
(“¡Amapola de sueño!”)
Brulegueule
había sido marinero,
(Río de Janeiro-Lisboa;
Lisboa-Río de Janeiro),
y trajo sus gaviotas
cuando llegó a mi pueblo
a caminar sobre las aguas
de su linar inmenso,
y a hablar solo,
si no llovía a tiempo.
¡Ah, mi pipa! _decía_.
Es un instrumento.
Calienta las manos
en las noches de invierno,
mata las penas,
da de comer al hambriento. . .
Doy fe que Brulegueule
se quedó sin un céntimo;
que se comió sus pipas,
tenidas por remedio.
Eran sus huevos de Pascua
cuando se puso viejo;
cuando le faltó el tabaco,
allá en mi pueblo. . .
(1) Nicot, Jean: (1530, Nîmes- 4 de mayo 1600, París), fue embajador francés en Lisboa a comienzos del siglo XVI. Introdujo el tabaco en la corte francesa en 1560. La planta del tabaco nicotiana, usada también como una planta de jardín, debe su nombre a él, así también como el alcaloide conocido como nicotina. (N del E)
(2) Brule gueule: (francés) Pipa corta. (N del E)
(3) Revientagargantas: despectivamente pipa. (N del E)