Con tu buena pila de años
y otra tan alta de libros
_de versos debían ser_,
sigues niño, sigues niño:
siempre las manos aladas,
siempre los pies erradizos,
la maravilla en los ojos,
el encanto en el oído
y en el oro de tu alma
los tres errores divinos:
pensar, creer y sentir
contra lo que el tiempo ha dicho;
pensar que en Bárcena aún
tus amigos son chiquillos;
creer que el mundo te siente,
sentir que el mundo es un niño.
Hombre que de día y de noche,
en un eterno domingo,
con el ganchudo bastón
a guisa de cayadillo,
por esas calles ambula
con fatalidad de río,
y ya suspira a un recuerdo,
ya se alegra sin motivo,
ya desfallece en la voz,
ya rebosa en el latido;
ya al paso de un marinero
se siente en el mar bravío,
ya, al de una linda muchacha,
en un dulce mar hundido;
ya en la esquina catorcena
concluye el soneto fino,
ya la décima cabal
volviendo con el rocío;
ya en una vidriera sueña,
ya en otra, empañado el vidrio,
con la boca regañada
sonríe a sus propios libros. . .
Hombre tal, ¿que ha de tener
sino el corazón de un niño?
Andar contigo una hora
por donde quiera el camino,
y observarte en la esperanza
y oírte en el verso íntimo,
es pensar en la respuesta
de Leuconoe al altivo (2)
conquistador, en la máxima
que complacía a Virgilio, (3)
en el cuento que olvidamos,
en el amor que tuvimos,
en todo pájaro que
no puede vivir cautivo;
en el pájaro que fuera,
según la leyenda, niño,
y en el que vuela cantando
y en el que silba escondido
y en el que no tiene tiempo
de hacer nido.
Así, con algo de nube
y de pampero y de río; (4)
hasta el crepúsculo, pájaro;
desde el crepúsculo, grillo;
para la dicha que pasa
girasol enorme y vivo,
y para el dolor manzano
que el viento encuentra florido,
atraviesas la ciudad
con este pregón: ¡Oh, amigos!
(1) Baldomero Fernández Moreno (San Telmo, Buenos Aires, Argentina, 1886 - 1950) fue un poeta argentino. Su poesía, universal y hondamente nacional al mismo tiempo, ha inmortalizado la estética de los barrios porteños y la cálida placidez de las provincias y sus características rurales. Su soneto más recordado es Setenta balcones y ninguna flor. (N del E)
(2) Leuconoe: Personaje de la mitología romana hijo de Neptuno. (N del E)
(3) Virgilio: (70 a. C. – 19 a. C.), Fue un poeta romano, autor de la Eneida, las Bucólicas y las Geórgicas. (N del E)
(4) Pampero: (viento) masa de aire polar, que sopla desde el sur o el sudoeste de las pampas de Argentina y de Uruguay. (N del E)